Análisis y clasificación de Calicalabozo de Jorge Navas a la luz de los textos: "¿qué tipos de documentales existen?" de Nichols, "Desvíos de lo real" de Weinrichter y "El nuevo documental. Formas contemporáneas de representación de la realidad" de Cock. Click en texto para visualizar PDF en GoogleDrive o también puede leerse en el post.
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Texto Completo
Calicalabozo
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Por: Esteban Ríos Bedoya
“La verdad, la objetividad,
el realismo han sido bajadas
de su intocable pedestal”
(Cock,
2010)
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El documental ha
sido tradicionalmente entendido como ese documento que retrata la realidad y la
muestra con una objetividad rigurosa con el fin de dar cuenta de las cosas tal
cual son; entendido entonces en sus
inicios como ese documento que daba prueba o enseñaba algo, limitando sus
alcances y su proyección. Era una fuente de conocimiento descarnado que buscaba
captar al sujeto de improviso como diría Weinrichter. Con el avance de las
vanguardias artísticas y la curiosidad de los cineastas por contar cosas de
manera diferente, este riguroso cuadro inicial quebró sus límites y entró a
mezclarse poco a poco en el mar del “cine en general” donde sus aguas se
empezaron a tocar y a fundirse unas en otras. Esto motivó el renombramiento del
mismo como cine de no ficción. Este cine de no ficción busca entonces agrupar
de una mejor manera la heterogeneidad y creatividad de los trabajos que se han
estado produciendo luego de lo que caída del documental como cine completamente
objetivo pasando a un estado de postverdad,
como lo llamaría el mismo Weinrichter.
Es precisamente
en este contexto de la postverdad y
del cine de no ficción motivado por el impulso de las vanguardias que podemos
ubicar la obra de Jorge Navas, “Calicalabozo”. Precisamente ante este mar de
posibilidades que empezaba a brindar el cine de la postverdad a los directores, algunos teóricos hicieron su parte
intentando categorizar estas nacientes ramas, que cada vez se hacen más
difusas, en las que se podría definir el cine de no ficción. Nichols es uno de
ellos y dentro de su categorización presenta un tipo de documental llamado
poético. Y es dentro de este que podemos ubicar, sin lugar a dudas, esta
película.
Digo “sin lugar
a dudas” más por descarte que por la claridad con la cual el director propone
su idea; es decir: Se hace imposible circunscribir Calicalabozo en ningún otro
tipo de categorización documental que no sea la poética. Siendo esta obra
cinematográfica tan profundamente poética que pisa decididamente el terreno de
la ficción y queda entonces suspendida en ese punto indefinido entre ficción y
no ficción que es precisamente donde Weinrichter propone que se encuentra lo
poético. Es evidente en Calicalabozo que la construcción visual es totalmente
puesta en escena y, al ser basada en los textos de Andrés Caicedo, consta en
gran parte de elementos ficcionales. Esta y otras características son las que
harán cuestionarnos sobre qué es lo que hace a esta película una pieza poética
de no ficción y no simplemente una ficción con claros rasgos de experimental.
Calicalabozo
cabe dentro de la definición de Weinrichter de lo que es el documental poético
al integrar en su narrativa un estilo literario que en principio es complejo
para su representación en pantalla debido al estilo delirante y descriptivo del
autor; sin embargo, Jorge Navas logra desfragmentar esta obra de Caicedo, y
mostrar su ciudad, y mostrarse, y mostrar a sus amigos a través de la
representación poética de estos textos en pantalla. Logrando así una mezcla de
esta narrativa con los elementos experimentales y rompiendo intencionalmente
con el corsé de la prosa del documental. Así,
su narrativa se constituye de una superposición de historias fragmentadas
tomadas de los escritos de Caicedo rompiendo doblemente con las pretenciones
realistas transparentes propuestas en el documental tradicional; por una parte
la construcción simultánea de varias realidades no necesariamente
co-relacionadas en el mismo espacio-tiempo y el uso de los escritos de Caicedo
que de por sí ya incluyen un aura de ruptura con “lo real”.
Pero es
precisamente Nichols quien dice que cada documental es como una huella digital,
es único y busca representar por tanto de una manera única el mundo. En el caso
particular de Calicalabozo esta representación del mundo se logra a través de
los textos de Caicedo que son puestos en escena, en esta ocasión no creo por
completo que sean actores sociales los que aparecen como lo demandaría el
documental con rigurosidad, sin embargo es probable que Navas haya seleccionado
su casting de entre sus amistades ubicándolos con los personajes de Caicedo y
buscando así una identificación en pro de una mejor representación.
Otra
característica a través de la cual podemos identificar en Calicalabozo “eso”
que lo hace no ficción es su construcción sobre el mundo histórico, un mundo
histórico que se transforma gracias a la intervención de los actores, pero que
representa un modo de ver, entender y vivir a una ciudad en particular, Cali,
en un momento histórico específico. La fragmentación narrativa es algo que
Nichols también resalta como característica del poético y es algo que
Calicalabozo desarrolla sin reparos superponiendo unas historias sobre otras,
cruzando narrativas y usando voces diferentes como narradores de cada historia.
Cabría entonces compararlo con los ejemplos que propone Nichols en “¿qué tipos
de documentales existen?” como son Un
chien andalou o l’age d’or ambas
del surrealista Buñel (acompañado en la primera por Dalí) dentro de los cuales,
y esto incluye a Calicalabozo, se da la impresión de documentar la realidad,
pero es una realidad poblada por personajes capturados por deseos
incontrolables, cambios abruptos de tiempo y espacio, y más rompecabezas que
respuestas. Si bien Calicalabozo no expone un mundo surreal, sí se ayuda de
estas herramientas recién mencionadas para lograr acercarse a la interpretación
que hace Navas de Caicedo y de Cali.
Y así como hemos
hecho, podríamos seguir indagando dentro de las características poéticas (o no
poéticas) de la obra de Navas, pero me atrevería a decir que lo que le brinda
ese sello final que lo categoriza dentro del difuso campo del cine poético de
no ficción es que la voz del director es clara en su intención de mostrarnos a
través de la representación de los recovecos literatos de Caicedo la
“realidad”, o mejor cómo él ve la realidad, de lo que es Cali. Esto hace que la
obra se coherente y responda íntegramente a la insinuada intención del autor. Calicalabozo
entonces no pretende darnos respuestas, ni contarnos una historia clara,
pretende (cumpliendo con lo propuesto por Cock respecto a los nuevos modos
documentales) generar preguntas, hacer pensar y ver la realidad desde múltiples
perspectivas sin buscar persuadir sobre la veracidad de lo que está
representando.
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